Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1887 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 7 de marzo de 1887
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. López Domínguez
Número y páginas del Diario de Sesiones: 39, 984
Tema: Desorganización del ejército por el Ministerio de la Guerra a espaldas del Parlamento

Siento que el Sr. López Domínguez haya creído que yo encontraba dificultades para calificar a ese nuevo partido: no es eso; no he encontrado dificultad alguna. Lo que hay es, que como es una cosa tan nueva (Risas), hasta que uno se vaya acostumbrando, le cuesta un poco de trabajo definirla y calificarla; pero eso sucede con toda novedad. Por lo demás, yo no doy patente de partido a ningún grupo ni fracción; esas patentes y esos títulos los da la opinión, y los confirma el país. Allá la opinión y el país se entenderán con S.S. (Bien).

Y dicho esto, yo celebro mucho la participación que en el debate ha tomado el Sr. López Domínguez, que ha venido a ser un correctivo digno y cariñoso a las palabras pronunciadas por su correligionario el Sr. Sánchez Campomanes.

Con esto me basta, porque por lo demás, ¿cómo he de negar yo a los Diputados el derecho a que critiquen aquellos actos que los Ministros realicen [984] dentro de sus facultades, si esa es una de la funciones más importantes y más sagradas de los representantes del país?

Pero de esto, de que se critique, de que le parezca bien o mal al Sr. Sánchez Campomanes el uso que hace el Sr. Ministro de la Guerra de las facultades que la ley le concede, a sostener que aquel uso puede conducir a resucitar aquí la época de los motines, hay una diferencia muy grande, hay un abismo que ha señalado el Sr. López Domínguez. Como el señor Sánchez Campomanes es nuevo en esa nueva agrupación, bueno es que reciba de su jefe esas lecciones. (Muy bien. -El Sr. Sánchez Campomanes pide la palabra).

Conste, pues, porque así se ha reconocido por todos, que el Sr. Ministro de la Guerra no se ha separado de las facultades que las leyes le conceden; y con esto tienen bastante los Sres. Diputados para juzgar de la palabras aquí pronunciadas. Por lo demás, ya me figuraba yo que no le iban a parecer bien al señor Sánchez Campomanes los ascensos acordados por el Sr. Ministro de la Guerra; aún cuando yo deba recordar aquí que no hay ascenso alguno de los que ha conferido que no haya sido otorgado a individuos que figuraban en el tercio superior de la escala, y que no haya recaído además en militares dignísimos, llenos de servicios y con muchas propuestas anteriores, por acciones de guerra, para el mismo ascenso que se les ha dado después; y si no, venga un caso en contrario. Y si esto es lo que ha hecho el Sr. Ministro de la Guerra, claro está que no sólo ha procedido dentro de la ley, sino que ha estado justo en lo que ha hecho, por más que no le parezca así al Sr. Sánchez Campomanes. (Aprobación).

Si ha habido algún general que dijera al señor López Domínguez, cuando ocupaba el puesto de Ministro de la Guerra, lo que ha dicho el Sr. Sánchez Campomanes al Sr. Ministro de la Guerra actual, hizo mal ese general; y S.S. hizo peor en no protestar tan enérgicamente como he tenido yo necesidad de hacerlo (Muy bien); porque el que una vez se haya obrado mal, no justifica nunca la repetición, ni el que se pueda seguir ese ejemplo. Yo no recuerdo que ningún general haya dirigido al Ministro de la Guerra un cargo semejante al que ha hecho hoy el Sr. Sánchez Campomanes. Y sobre todo, yo no me he quejado de la censura del Sr. Sánchez Campomanes, que en su derecho está para hacerla; de lo que me quejo es de la especie de excitación a la rebelión que ha hecho S.S., para lo cual no hay jamás derecho. (Muy bien. -El Sr. Sánchez Campomanes: Todo lo contrario). Pues me alegro mucho. (El Sr. Sánchez Campomanes: Para evitarla). ¿Qué es eso de evitarla? Excitar a ella no es la manera mejor de evitarla. (El Sr. Sánchez Campomanes: Para que no ocurra otra como la de Badajoz). ¿Qué tiene que ver ese recuerdo con los ascensos de oficiales generales? Eso es una disculpa que se busca para evitar responsabilidades. Mientras no se falte a la ley, jamás hay derecho para ello; y es más, aunque a la ley se falte, porque otros caminos y otros medios hay para que prevalezca la justicia. (Muy bien). [985]



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